Si pensamos en cómo definir una empresa autogestionada, quizás nos venga a la cabeza esa idea de cooperativa agrícola, por ejemplo. Sí, ese tipo de organización donde la propiedad queda repartida y cada miembro –o socio- aporta recursos tanto materiales como económicos.
Pero no, hoy no me refiero a eso. Continúa la lectura del post e infórmate sobre qué es una empresa autogestionada y el porqué de este tipo de entidades.
Contenidos
- 1 Empresa autogestionada o ‘sin jefe’: definición
- 2 ¿Cómo se gestiona una empresa autogestionada (valga la redundancia)?
- 3 Beneficios de una empresa autogestionada
- 4 Desventajas de una empresa autogestionada
- 5 La horizontalidad, clave en las empresas autogestionadas
- 6 ¿Cómo conseguir que tu organización se convierta en una empresa autogestionada?
Empresa autogestionada o ‘sin jefe’: definición
Una empresa autogestionada es el tipo de organización en el que los trabajadores y trabajadoras participan activamente en la toma de decisiones. Son las llamadas empresas sin jefes y, por tanto, todos los miembros abarcan diversas tareas de producción, administración, así como de autoevaluación.
Asimismo, estos trabajadores son los propietarios de la organización; por lo que asumen tanto los riesgos como los beneficios de la empresa, los cuales quedan repartidos. La colaboración y la coordinación entre todos ellos se vuelve fundamental.
Sin embargo, la autogestión es un concepto que va mucho más allá de esto. Existen empresas con equipos autogestionados, donde los empleados trabajan de forma autónoma, participando en la toma de decisiones, pero disponiendo de un líder o varios responsables.
Así pues, la autogestión es un modelo organizacional cooperativo que va teniendo cada vez más cabida en el ámbito empresarial. Las jerarquías se van quedando atrás, creando nuevos espacios de trabajo donde el trabajador se siente más libre y motivado.
¿Cómo se gestiona una empresa autogestionada (valga la redundancia)?
Una empresa autogestionada cuenta con una serie de características muy claras. Veámoslas a continuación:
- Autonomía: El trabajador o trabajadora dispone de autonomía a la hora de trabajar. Puede organizarse cómo guste, siempre y cuando realice su labor.
- Comunicación: Autogestionar implica coordinar, lo que a su vez necesita de comunicación interna. Estar en constante contacto con todos los miembros de una organización y utilizar esta oportunidad como un intercambio de ideas y visiones.
- Corresponsabilidad: En una empresa autogestionada el poder queda más repartido. Al igual que todos los miembros tienen derechos, como esa autonomía, también tienen deberes. Un compromiso con el proyecto que estén llevando a cabo.
- Conseguir resultados: El cometido de la empresa autogestionada es optimizar tiempos y lograr que el proyecto salga con éxito. Poner el foco en el trabajo.
- Resolver conflictos: Otro aspecto importante en la empresa autogestionada es que ante cualquier conflicto entre distintos miembros de un equipo se resuelven de forma inmediata. Que haya una sintonía entre compañeros es muy importante y más en este tipo de organizaciones.
“La libertad no puede ser realizada más que en sociedad y solo en la más estrecha igualdad y solidaridad de cada uno con todos”. Mijaíl Bakunin
No, no cito a Bakunin porque sí. Es que el ideólogo ruso y padre del anarquismo me viene como anillo al dedo para subrayar la importancia de la autogestión. Autogestión entendida como “anarquismo” en su concepto más puro, que no “anarquía”.
Anarquismo en el sentido de ver a la empresa como una comuna, donde la libertad a la hora de trabajar es esencial, el poder queda repartido entre diferentes personas y en la que la colaboración es también un pilar básico. La anarquía es una ausencia total de poder que, como advierte la RAE, promueve una situación de “desconcierto, incoherencia, barullo”.
Porque, aunque el límite de esa frontera es muy fácil traspasarla, ahí debe aparecer el papel del líder de la organización. Una empresa autogestionada no es anárquica, ya que contiene una estructura con la que basarse, así como de modos para coordinar a todas las personas.
Además, volviendo al símil, la autogestión no es ninguna utopía. No es algo experimental, sino que muchas empresas funcionan o se inspiran en este modelo. Es el caso de Wanatop.
En Wanatop trabajamos por equipos, los cuales disponen de sus propios proyectos y personas que los coordinan; actuando así como pequeñas agencias de marketing digital. Además, contamos con un equipo de transversales que trabajan con todos los equipos. Una organización horizontal y autogestionada por los propios especialistas.
Metodología
Una empresa autogestionada se mueve por la ambición de sus integrantes. Esas ganas de seguir creciendo, por interés y sin ningún tipo de imposición.
“Un todos a una en toda regla”, la empresa autogestionada busca que el trabajador sienta el proyecto como suyo, un proyecto del que es partícipe. Esto es impensable en modelos organizacionales tradicionales donde la figura del jefe es más que evidente.
Beneficios de una empresa autogestionada
Una vez visto el significado de “empresa autogestionada”, es el momento de ver sus ventajas:
- Más autonomía: Lo comentaba antes, la autonomía individual es uno de los puntos clave de este tipo de empresa. El trabajador o trabajadora toma sus propias decisiones, sin tener que contar con órdenes de superiores.
- Incremento de la productividad: No hay presión, por lo que el nivel de motivación del trabajador aumenta, así como su rendimiento y, por tanto, la productividad de la empresa.
- Mayor creatividad: Al existir una mayor comunicación entre los distintos trabajadores, la creatividad fluye con mayor facilidad.
- Más colaboración: La coordinación se eleva entre los departamentos y los trabajadores. A pesar de la autonomía a la hora de realizar tareas, los trabajadores forman parte de un constructo mayor y cuyos objetivos son los mismos.
- Resolución de problemas: En este tipo de organizaciones es más fácil detectar y resolver los problemas, por lo que se convierte en una garantía para un buen producto o servicio.
- Mejora en el compromiso: En una empresa autogestionada, el nivel de compromiso por parte de los trabajadores es mucho mayor. Están a gusto, cuentan con ese sentimiento de pertenencia a un proyecto y, por tanto, se sienten y son más responsables con la organización.
Desventajas de una empresa autogestionada
No todo es oro lo que reluce. Siempre digo que no hay un sistema perfecto, por lo que también podemos encontrar algunos hándicaps en la empresa autogestionada:
- Anarquía: Como decía antes, la frontera es muy fácil traspasarla. Y que cada trabajador actúe por su cuenta, obviando los objetivos comunes, puede llegar a crear un desorden en la empresa.
- Desacuerdos: Sin una figura de líder –o varias-, la toma de decisiones puede llegar a complicarse. Es necesario que los trabajadores se pongan de acuerdo, si no, puede reinar el caos.
- Gestión ineficaz: Es necesario que los trabajadores dispongan de conocimientos de administración, puesto que si no, esto puede traducirse por problemas de gestión de la empresa.
La horizontalidad, clave en las empresas autogestionadas
Otro concepto necesario para entender qué es una empresa autogestionada es la horizontalidad.
“Horizontalidad” hace referencia a una organización donde las jerarquías no existen o son casi inexistentes.
En este sentido, estas empresas cuentan con un organigrama que no es a lo que estamos acostumbrados. Su estructura no es piramidal, no va de menos a más, sino que es –nunca mejor dicho- horizontal. Una organización donde apenas hay mandos intermedios y donde los distintos departamentos son tratados en igualdad.
De este modo, en una empresa autogestionada y horizontal el trabajo en equipo es fundamental. El contacto es directo entre los diferentes miembros y son entornos muy participativos.
¿Cómo conseguir que tu organización se convierta en una empresa autogestionada?
Estos son algunos de los pasos necesarios para conseguir la autogestión en tu empresa:
Creación de un manual
Al igual que los médicos tienen su vademécum, para conseguir una empresa autogestionada es importante que el equipo documente su modo de trabajo en un manual. Este servirá de referencia para los nuevos miembros.
Nuevas responsabilidades
La coordinación, la toma de decisiones, la parte administrativa… son solo algunas nuevas tareas que el equipo tendrá que hacerse también cargo.
Además, en este tipo de organizaciones hablamos más del término “rol” que “puesto de trabajo”. Y es que el trabajo se distribuye así y es el talento lo más importante a la hora de elegir a las personas.
La toma de decisiones
Y dentro de estas nuevas responsabilidades, la toma de decisiones se convierte en uno de los puntos más importantes. Ya no hay una jerarquía, donde el jefe es el que decide. Aquí se realiza de manera colaborativa.
Resolución de conflictos
De nuevo, un punto elemental en la organización de una empresa autogestionada. Ese cómo aprender a resolver los conflictos internos sin la figura clara de un jefe.
En este sentido, pueden ocurrir varias cosas:
- O bien, las dos partes involucradas hacen uso de un mediador externo y objetivo.
- O bien, en el momento que te ocurra algo con alguien se comenta siempre. Pero en privado.
Feedback
El feedback es muy importante en este tipo de organizaciones y, por eso, lo tienes que tener muy en cuenta a la hora de montar tu empresa autogestionada. Un feedback de calidad interno y externo, con el que aprender y sacar el máximo rendimiento a la organización.
Rutina de trabajo
Establecer una rutina es muy importante para el trabajo en equipo y la autogestión. Un ritmo de trabajo donde también incluir sesiones semanales, mensuales, trimestrales o anuales en las que revisar objetivos, dar feedback a los otros miembros… en definitiva, compartir y ver cómo podemos mejorar.
Puesta en marcha
Finalmente, si se tienen en cuenta todos estos aspectos es el momento de crear tu empresa autogestionada. Una organización donde el compromiso, el entusiasmo o el interés por el trabajo bien hecho están asegurados.